Mi abuela y el Boldo

Ella contaba siempre las mismas anécdotas. Las de la doctora, las de la pediatra genetista. Se le salía la pasión hacia su profesión por los poros. No era para menos, su misión en la vida (profesional) era combatir la ingesta de alcohol y drogas durante el embarazo. Gran causante del sindrome alcoholio fetal (SAF). Pero con los años, en sus últimos años las historias y anécdotas de su infancia, me mostraron las raíces, sus raíces. 

Uno de los días que la fui a ver antes de migrar a la aventura Australiana el boldo fue el protagonista. 

Ella nació y se crió en sus primeros años en Itata, en la región de Ñuble. La criaron sus tías, en el campo, en la ruralidad misma por ahí por inicios de los años 40. Lujos no habían, pero... ¿no habían realmente?. Diganme ustedes. 

Cuando le traían dulces, se iba arriba del cerro a comerlos. Para que esos dulces llegaran a sus manos hacía falta una buena planificación. Ponerse de acuerdo por carta, cumplir la palabra de estar ahí en la fecha y horas especificadas y mandarse una buena jornada a caballo. Bueno, no ella, pero los de la casa sí, ella era una niña y disfrutaba los dulces así: 

"Sentada debajo de unos boldos, mirando la desembocadura... era poetica para comer yo" (Se nos escapó una risotada a mi mamá y a mi). 

"Lela, me voy a tatuar una hoja de boldo. - ¿te vas a qué?- a tatuar una hoja de boldo le repetí".Yo pensé que me iba a decir que como se me ocurria tatuarme, me lo hubiera esperado unos años antes. Pero soltó esto tan simple que a mi me pareció una maravilla: 

"Claro¡, es que el boldo es tan perfumado que a alguna gente no le gusta porque es muy fuerte. Pero es tan rico el boldo... a veces pasaba pisando una mata e' boldo pa' quedar asi bien embetunada con el olor. Y todavía me acuerdo como veía el mar, todo eso desde mi reducto arriba...Yo veía desembocar el río Itata. ¡Ahora hay puros pinos, no se ve nada¡" 

¿Cuantos lujos ven ustedes?. 

Terminé tatuandome una enredadera por todo mi antebrazo. Diferentes hojas nativas se encuentran Roble maulino, quillay, litre, maitén, pero el boldo está en la punta, coronando el tatuaje en la punta como protagonista que es. 

En la casa de mela aún quedan varios Boldos, estos rodean el terreno por el lado derecho, el que está por el lado del cerro rocoso. Pero mi favorito se encuentra en la otra esquina del terreno. Es un boldo que crecío entre medio y por encima de una piedra laja. Entonces se ve como si creciera directamente desde la piedra contra la adversidad. Era el spot de tantas cosas a medida que fuimos creciendo. De juegos, de corretear a las gallinas de la vecina que se pasaban, de colocar colchones y colgar la hamaca para dormir la siesta. Y es el spot donde está posando la lela en la foto que tengo de ella. Mi favorita.